viernes, 21 de enero de 2011

El complejo del dinero

Hay una profusión de títulos nuevos que vienen del pasado. Ediciones de libros olvidados que alguna vez tuvieron algún éxito. Se piensa que puede haber grandes autores desconocidos. Salvo excepciones, no se descubre nada nuevo. Es mera necesidad de llenar catálogo de las nuevas editoriales que contra el pronóstico del fin de la letra impresa siguen apareciendo.

El complejo del dinero en una novela que apareció en 1916 y la edita una de esas pequeñas editoriales. Su autora, Franziska Von Reventlow, parece saber de qué habla. Al igual que su protagonista innominada se casó con un rico heredero por pura conveniencia. La herencia dependía de ello. Alojada en un sanatorio psiquiátrico, por un supuesto complejo de dinero, conoce y describe a una suma de personajes pintorescos cuya peculiaridad estriba en que les falta ese objeto que hace mover el mundo o que teniéndolo necesitan moverlo de un lado para el otro, así como en una liberalidad moral propia de una clase social con escasas obligaciones. La protagonista escribe cartas a una amiga, una tal María, de la que no sabemos más que el nombre, a la que va dando a conocer sus amistadas y sus peripecias, así como la evolución de su complejo, que en su caso consiste en la carencia, aunque espera que mediante el matrimonio que ha concertado pueda cambiar su situación y colmar esa carencia.

El tono de la novela es la de un humor suave, irónico, que se cultivaba en aquellos años, que conocemos por las comedias centroeuropeas de entonces y que quizá ahora nos pille a trasmano. En todo caso se agradece la burla blanda del psicoanálisis, de la pérdida de tiempo de los ricos ociosos, del sinsentido de los afanados hombres de negocios o de ese sanatorio, en algún lugar del norte de Italia, que tan poco se parece al más famoso que describe Thomas Mann en su Montaña Mágica. Otros autores que escribieron obras parecidas: Arthur Schnitzler, Stefan Zweig o Joseph Roth.

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